En la
celebración del Día de la Alimentación
AL-ANDALUS insiste en la
importancia de realizar un consumo responsable de la comida
La
alimentación es una necesidad básica del ser humano, en torno a la cual se dan
múltiples variables que afectan a los consumidores desde el punto de vista
sanitario (exceso o defecto, calidad y seguridad de los alimentos durante los
procesos de producción, manipulación, transporte, conservación…), económico
(precio, disponibilidad, publicidad, comercialización…), medioambiental (en
cuanto a las formas de producción, uso de productos químicos, consumo de agua y
recursos naturales, gestión de residuos…) etc.
Según la FAO en la actualidad se producen suficientes
alimentos para abastecer a toda la población mundial, sin embargo hay más de
850 millones de personas que pasan hambre, mientras que aproximadamente 1.400
millones de personas padecen sobrepeso u obesidad a causa del reparto poco
equitativo de recursos.
El
ritmo de producción global de alimentos está esquilmando los recursos de
nuestro planeta y aumentando los niveles de contaminación. Sobre esto debemos
saber, además, que se estima
que un tercio de todos los alimentos que se producen destinados a los seres
humanos en el mundo se pierden o desperdician, lo que supone unas 1.300
toneladas al año.
Ante esta situación, con motivo de la celebración el 16
de octubre del Día Mundial de la Alimentación, la Federación AL-ANDALUS quiere
llamar la atención de las personas consumidoras sobre las circunstancias que
rodean a esta necesidad básica del ser humano e incitarles a tomar conciencia sobre
como nuestros actos individuales afectan en mayor o menor medida a nuestro
entorno más inmediato, pero también a la generalidad del planeta.
En nuestros hábitos de consumo de alimentos debemos
adoptar un papel activo, que parta del conocimiento y del análisis crítico de
las situaciones que propiciamos, de las que somos partícipes o testigos.
Debemos ser consumidores responsables, lo que implica apostar por la
sostenibilidad de los productos y sistemas de producción y tener en cuenta las
repercusiones que sobre nuestra salud y la del entorno tienen nuestro hábitos,
así como su incidencia en la sociedad y en otros habitantes del planeta.

¿Cómo
puedo ser un consumidor responsable de alimentos?
- Siguiendo unas
pautas de alimentación saludable
- Informándome sobre
el origen y la composición de los alimentos.
- Comprando sólo
aquellos alimentos que vaya a consumir.
- Apostando por unos
alimentos cuya producción conserve los recursos naturales, acorte los
canales de comercialización acercando al productor al consumidor, preserve
los métodos de producción tradicionales y la diversidad de productos
locales y regionales, reporte una remuneración justa a los productores,
genere menos residuos y menos contaminantes, y favorezca el desarrollo
local.
- Rechazando los
alimentos con exceso de envases y gestionando bien los residuos.
Los principios para una alimentación
saludable son:
- Adaptar las
cantidades de alimentos y calorías a consumir a nuestras necesidades.
Deberemos tener en cuenta tanto las condiciones externas (clima,
gastronomía) como personales (edad, peso, estado de salud, tipo de
trabajo, actividad física)
- Reducir el consumo
de alimentos excesivamente energéticos y aquellos de menor efecto
saciante.
- Hay que comer todo
tipo de alimentos, pero en cantidades adecuadas.
- Debemos primar el
consumo de alimentos de tipo vegetal, porque aportan fibra, vitaminas y
minerales.
- Limitar el consumo
de alimentos excesivamente grasos.
- Dar preferencia al
consumo de pescado sobre las carnes.
- Asegurar un
adecuado aporte de lácteos
- Consumo frecuente
de frutas.
La dieta mediterránea recoge estos
principios básicos.
Gabinete de Comunicación
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