martes, 21 de diciembre de 2010

ALERTA POR FRAUDES EN INSTALACIONES DE LIMITADORES DE POTENCIA DE ENDESA

A través de los medios de comunicación hemos tenido conocimiento de un presunto fraude que se está produciendo en Andalucía relacionado con la instalación de interruptores de control de potencia (ICP), dispositivos que limitan la cantidad de corriente que se consume y que es obligatoria en su instalación dentro de un programa de adaptación previsto por la empresa y las administraciones públicas.

En este sentido, la Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía ha alertado ante la llegada de reclamaciones relacionadas con el cobro irregular de estos limitadores por presuntos estafadores. En concreto son 50 € los que se están cobrando.

Respecto a este punto, la Unión de Consumidores de Cádiz quiere recordar que esta instalación es obligatoria pero, siempre y cuando, desde la empresa se nos comunique ese cambio. Por tanto, como usuarios, cualquier supuesto técnico que nos llegue a nuestro domicilio sin haber concertado dicho cambio puede ser rechazado por suponer un cambio irregular.

Además, en la Unión de Consumidores de Cádiz nos preocupa que estos componentes que se instalen puedan suponer un riesgo para las instalaciones y se esté en un grave riesgo de avería.

Por todo ello, los usuarios deben rechazar cualquier instalación fuera de ese sistema de citas que se está realizando por Endesa, no pagar esos cambios y, además, denunciar inmediatamente cualquier caso que se esté produciendo con el fin de que podamos alertar al resto de ciudadanos y se persigan a los presuntos estafadores.

La Unión de Consumidores de Cádiz pone a disposición de los ciudadanos su teléfono 956 26 58 22 con el fin de que puedan hacer consultas al respecto.
Para más información: 956 26 58 22
Miguel A. Ruiz: 655 75 05 88
Presidente



UCE-CÁDIZ PONE EN MARCHA UNA CAMPAÑA EN MATERIA DE VIDEOJUEGOS

Es fundamental escogerlos en función de la edad del usuario y limitar un horario de uso para evitar problemas de adicciones.
Según un estudio de la Unión de Consumidores de Cádiz, el 26% de los videojuegos son violentos

Las nuevas tecnologías y los videojuegos son un regalo recurrente en estas fechas y, en este asunto, la Unión de Consumidores de Cádiz recomienda hacer una adquisición y un uso razonables, informados y adecuados a las características del usuario final.

Además, para un mejor uso de los videojuegos, la Unión de Consumidores de Cádiz va a poner en marcha una campaña informativa en esta materia en la que llevará a cabo una serie de talleres y charlas en las diferentes localidades de la provincia de Cádiz.

En este sentido, la Unión de Consumidores de Cádiz recomienda en cuanto al uso de los videojuegos y su compra para estas Navidades:


1. Se debe comprobar siempre la clasificación por edades y la descripción de contenidos que aparece en las carátulas de los videojuegos, especialmente los adheridos al sistema voluntario de clasificación “PEGI” que responde a criterios acordados internacionalmente. Este Código permite saber si los contenidos del videojuego son aptos para todas las edades, para mayores de 7, para mayores de 12, para mayores de 16 o para mayores de 18 años. Asimismo, permite conocer si el videojuego contiene violencia, sexo, imágenes que puedan generar miedo, referencias al consumo de drogas, lenguaje soez o discriminación de algún tipo.

En cualquier caso, estas orientaciones deben considerarse siempre como una recomendación, y podrían no corresponderse con los criterios que el usuario considere idóneos. Además, esta clasificación la realiza la industria de forma voluntaria y sólo compromete a las empresas adheridas al sistema de clasificación PEGI.

2. Se debe recabar información sobre el contenido del videojuego, el tipo de escenas que incluye, qué valores transmite o su nivel de dificultad, ya que las clasificaciones de los videojuegos se refieren sólo al contenido, pero no al grado de complejidad del juego o la destreza necesaria para jugar con él. Con ese fin, puede consultarse la información existente, entre otras, en las páginas Web de los fabricantes o de la patronal del sector (www.adese.es); en las revistas y guías especializadas y en las páginas del Instituto Nacional de Consumo (www.consumo-inc.es.). También puede pedirse consejo al vendedor o solicitarle esta información por si dispone de ella.

3. No se debe hacer dejación de las obligaciones que corresponden a un comprador adulto y responsable: la clasificación por edades es meramente orientativa y existe el riesgo de que el menor adquiera en el punto de venta un videojuego no adecuado para su edad. Los videojuegos destinados a adultos pueden utilizar un lenguaje o tener unos contenidos violentos, sexuales u otros inadecuados para el desarrollo del menor. Además, hay que evitar comprar aquellos videojuegos que fomenten la violencia, la competitividad o la discriminación.

En todo caso, si se detecta cualquier anomalía en el contenido del videojuego, debe comunicarse a la empresa y a los organismos de protección de menores.

4. Se debe prestar especial atención, en el punto de venta o alquiler, a la hora de seleccionar un videojuego. En la mayoría de los establecimientos de venta los videojuegos se colocan en el lineal clasificados por plataformas, temas o marcas, pero no por niveles de edad. Además ocurre que, en caso de alquiler, en muchas ocasiones los videojuegos se entregan sin su carátula, por lo que es difícil conocer exactamente la clasificación por edades y la descripción temática del producto.

5. Debe evitarse la compra de videojuegos piratas y en el top manta, pues más allá de sus implicaciones legales, puede ser un factor de riesgo a la hora de garantizar la correcta clasificación del producto y la adecuación real de los contenidos a dicha clasificación.

6. Se debe propiciar el uso compartido y en común de los videojuegos, que no tienen por qué ser siempre una actividad solitaria, aunque prestando siempre atención a los intercambios y a las descargas de videojuegos a través del ordenador que puedan realizar los menores, ya que es difícil controlar la correcta clasificación y la adecuación de los contenidos.


Hay videojuegos de alto contenido pedagógico, aunque a veces no sean los más conocidos. Se debe optar preferentemente por este tipo de productos, cuya bondad en valores no tiene por qué estar reñida con la diversión y la atracción para el menor.

7. Deben adoptarse criterios responsables e informados sobre la utilización correcta de videoconsolas y videojuegos: limitación de tiempo, posturas correctas, distancia ante la pantalla, alternancia con otros juegos, etc. Las videoconsolas de últimas generaciones incorporan la posibilidad de control parental, lo que permite proteger a los menores de contenidos inadecuados.

8. Hay que hacer un esfuerzo por penetrar en el mundo de los videojuegos, con el fin de conocer aquéllos con los que juegan los hijos, y procurar también jugar con ellos. Esto ayudará a comprender mejor los factores que les atraen; a valorar sus aspectos positivos; a mantener criterios más adecuados a la hora de comprarlos y a facilitar la comunicación en el entorno familiar.

9. Finalmente, hay que tener en cuenta, lógicamente, los aspectos económicos:

• Antes de elegir qué equipo usar, tener en cuenta el coste que supondrá cada una de las opciones, así como el coste de los distintos complementos que se necesitarán.

• Antes de comprar un juego, verificar si el equipo cumple con las necesidades técnicas mínimas requeridas para que el juego funcione correctamente.

• Evaluar, antes de comprar, las posibilidades reales de juego elegido.

• Hay factores que encarecen el precio del videojuego, como el caso de aquellos relacionados con películas de estreno, o con marcas conocidas (de juguetes, por ejemplo), sin que esto suponga una mayor calidad.


Un año más, la Unión de Consumidores de Cádiz ha elaborado su estudio sobre Videojuegos con el fin de analizar la temática que predomina en el mercado y que, a través de una publicidad agresiva llega a consumidores menores de edad.

En este estudio, realizado sobre un total de 128 videojuegos, se llega a las siguientes conclusiones:

La edad media del total de estos productos analizados es de 7, 44 años, por tanto, en el mercado de los videojuegos se está publicitando gran cantidad de ellos a edades muy tempranas.

De hecho, para la edad recomendada de 3 años, aparecen un total de 55 videojuegos. Por tanto, un 42% de los videojuegos van destinados a niños con edades muy tempranas.

En el resto de edades recomendadas nos encontramos 21 videojuegos para niños de 7 años (16,40%), 29 para niños de 12 (22,65%), 8 videojuegos para los 16 años (6,25%) y 9 para 18 años (lo que supone aproximadamente el 7%).

Sin embargo, nos encontramos que en 6 productos no aparece la edad, no acogiéndose al Código PEGI Por tanto, una vez más, la Unión de Consumidores solicita una legislación europea con el fin de obligar a los fabricantes de estos productos a un etiquetado mínimo legal.

Dicho esto, la conclusión básica a la que llegamos con las edades es que el 88% de los videojuegos del mercado van dirigidos a menores de edad y, en muchas ocasiones, con contenidos nada apropiados para estos.

Un total de 34 videojuegos tiene un contenido violento, lo que supone el 26,56%. Es decir, una cuarta parte de los videojuegos del mercado no son apropiados para menores de edad y, sin embargo, tienen como edades recomendadas estas.

De estos, en el 7% aparecen armas, actitudes muy violentas, etc.

También como organización de consumidores queremos criticar la publicidad, otro año más, de accesorios para videoconsolas que simulan armas, nada apropiados para menores de edad y que se venden a precios muy asequibles.


Finalmente, a pesar de los dicho, valorar positivamente una disminución de los videojuegos violentos, quizás llevada esta disminución en el mayor tirón de ventas que tienen los productos relacionados con la interacción del jugador con las plataformas de videojuegos. Así, hay un aumento importante de videojuegos deportivos y de habilidades con el cuerpo.


Para más información 956 26 58 22
Miguel A. Ruiz 655 75 05 88
Presidente